SINDROME DEL BIBERÓN
Es una enfermedad típica de los bebés.
Suelen estar causadas porque se moja el chupete del bebé en algo dulce, como miel o azúcar, o por dejar que el bebé se duerma con el biberón en la boca.
Se pueden evitar con unos hábitos de alimentación adecuados. Si se producen, hay que tratarlas porque pueden producir destrucción dentaria.
Este problema también se puede presentar como consecuencia de darle a su niño varias bebidas dulces a los largo del día.
La caries del biberón se produce en la dentición primaria del bebé al actuar las bacterias de la boca con los azúcares o la glucosa de los líquidos.
El ácido que se forma en la boca del bebé daña el esmalte que recubre y protege los dientes.
La caries del biberón actúa, principalmente, sobre los incisivos delanteros.
La saliva y la lengua, que ayudan a evitar la proliferación de la placa bacteriana, protegen mejor las piezas inferiores, al estar más en contacto con ellas.
La caries del biberón es una enfermedad infantil típica de los bebés.
El ácido que se forma en la boca del bebé daña el esmalte que recubre y protege los dientes.
La caries del biberón actúa, principalmente, sobre los incisivos delanteros.
La saliva y la lengua, que ayudan a evitar la proliferación de la placa bacteriana, protegen mejor las piezas inferiores, al estar más en contacto con ellas.
La caries del biberón es una enfermedad infantil típica de los bebés.
¿Cuáles son las causas?
La caries del biberón se produce fundamentalmente por:
1. Mojar el chupete en azúcar (miel, dulces, almíbar...)
2. Dar el biberón y dejar que el bebé se duerma con él en la boca. La leche contiene glucosa. Al quedar en la boca, las bacterias lo transforman en ácido y actúa sobre los dientes, produciendo caries.
3. Ingerir bebidas azucaradas (refrescos o zumos comerciales)
El tratamiento del síndrome de biberón varía enormemente, desde la aplicación de flúor a cubrir completamente los dientes con acero inoxidable o coronas revestidas.
Según el avance de la aparición de las caries.
Es recomendable consultar a su odontopediatra tan pronto como sea posible para evaluar el riesgo de su niño.
El síndrome del biberón es un trastorno muy grave; sin embargo, existen varias formas mediante las cuales usted puede evitar que se origine esta enfermedad.
Los métodos de prevención para los bebés varían desde enseñarles a su hijo a beber de una taza desde muy pequeño.
Limpiarle la boca después de comer, cepillarle las encías ante la primera señal de aparición de un diente, y utilizar un chupon limpio en lugar de un biberón para calmar a su bebé entre comidas.
La prevención del síndrome del biberón no se detiene con los niños pequeños.
Debe cepillar los dientes de su hijo dos veces al día y asegurarse de que recibe una cantidad suficiente de fluoruro.
Si el suministro de agua local no contiene fluoruro, pregúntele a su dentista como puede administrárselo a su hijo.
El síndrome del biberón ocurre cuando los dientes anteriores superiores de los niños empiezan a picarse y desmoronarse debido al afecto que tiene el ácido sobre ellos.
Estos ácidos provienen de líquidos tales como jugos de frutas endulzados refrescos y leche.
Las bacterias presentes normalmente en la boca convierten estos azucares en acidos, los cuales puede picar los dientes.
El mayor daño causado por estas bacterias es cuando se le da el biberón al niño para que se pueda dormir, ya que tanto el flujo de saliva como el efecto protector de la misma se reduce el niño está dormido.
Las caries aparecerán primero como lesiones o puntos blancos que cambian gradualmente del amarillo al café.
Un momento oportuno para revisar los dientes del bebé es cuando se le están cambiando los pañales.
Simplemente incline la cabeza del bebé hacia atrás para que pueda ver dentro de su boca.
Si el síndrome del biberón es detectado oportunamente, el odontopediatra será capaz de prevenir mayores lesiones a los dientes permanentes.
Si los dientes están muy dañados será mejor arreglarlos o reemplazarlos en caso de pérdida mediando un mantenedor de espacio.
Esto deberá llevarse a cabo con el propósito de prevenir una infección en los dientes de leche y consecuentemente un daño a los permanentes que están formándose.
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